Pienso que hay algo de niño que nunca deberiamos perder, y es la capacidad para asombrarse. Yo...no sé si será porque tengo algún síndrome de Peter Pan o algo así pero no dejo de sorprenderme jamás. Donde yo si que no me sorprendo es en una tienda de muebles. Nada como entrar a una casa donde te asombre hasta un insignificante detalle como una percha...
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